• La anemia hemolítica inmuno mediada (AHI) es una condición en la cual el sistema inmunológico ataca y destruye las células rojas de la sangre.
  • La AHI puede ser una condición primaria, o puede ser causada por otra enfermedad o evento (incluyendo el cáncer, ciertas enfermedades transmitidas por garrapatas, o algunas infecciones virales y bacterianas).
  • La AHI puede ser fatal, incluso con tratamiento agresivo. Las mascotas que sobreviven, pueden sufrir recaídas. Su veterinario puede recomendar exámenes periódicos y repetidos análisis de sangre por el resto de la vida de su mascota para ayudar a identificar y tratar las recaídas lo antes posible.

¿Qué es la anemia hemolítica inmuno mediada?

La anemia hemolítica inmune-mediada (AHI) es un tipo de enfermedad conocida como una enfermedad autoinmune. Las enfermedades autoinmunes se producen cuando el sistema inmune del cuerpo no se reconoce; células que normalmente atacan a los virus y bacterias que invaden el organismo comienzan a atacar a sus propias células, causando daños. En perros y gatos con AHI, los glóbulos rojos de la sangre son atacados. Cuando estos glóbulos rojos de la sangre son gravemente dañados, estos pueden estallar; esto se conoce como hemólisis. Por lo tanto, la AHI es una condición en la que los glóbulos rojos de la sangre son atacados por el sistema inmunológico y destruidos por hemólisis, dando lugar a anemia (una cantidad inadecuada de glóbulos rojos en la sangre). Los glóbulos rojos pueden ser destruidos dentro de los vasos sanguíneos o en el bazo, el hígado o la médula ósea (donde se producen).

AHI puede ser una condición primaria, o puede ser causada por otra enfermedad o evento. La AHI primaria a veces se llama anemia hemolítica autoinmune (AHA), este es el tipo más común de AHI en perros pero es relativamente raro en los gatos. La causa subyacente de la AHI primaria rara vez se determina. Ciertas razas de perros (incluyendo cocker spaniel,  viejo pastor inglés (old english sheep dog), y setter irlandés) son genéticamente propensos a desarrollar AHI primaria. La AHI secundaria puede estar asociada con ciertos tipos de cáncer (como el linfoma), la exposición a ciertos fármacos (incluyendo algunos antibióticos), las enfermedades transmitidas por garrapatas (como la ehrlichiosis y la babesiosis), picaduras de abeja, y algunas infecciones virales y bacterianas, como la leptospirosis en perros y la leucemia felina (VLF) en los gatos. Reacciones a transfusiones de sangre se han asociado también con AHI en animales de compañía.

¿Cuáles son los signos clínicos de la anemia hemolítica inmuno mediada?

Los glóbulos rojos son responsables de llevar el oxígeno a los órganos del cuerpo, por lo que la anemia hace que el cuerpo pase a ser privado de niveles de oxígeno adecuado. Muchos de los signos clínicos asociados con la AHI están relacionados con la anemia. Si la afección es causada por otra enfermedad, los signos clínicos adicionales pueden resultar de la enfermedad subyacente. La AHI puede producirse de forma relativamente lenta (durante un período de semanas), o puede progresar rápidamente en pocos días. Los signos clínicos pueden variar en severidad:

  • Debilidad
  • Letargo (cansancio)
  • Pérdida de apetito
  • Vómitos y diarrea
  • Fiebre
  • Encías pálidas
  • Frecuencia cardíaca acelerada
  • Respiración acelerada
  • Coloración amarilla de la piel (conocida como ictericia, resultante de la destrucción de los glóbulos rojos)
  • Colapso

¿Cómo se diagnostica la anemia hemolítica inmuno mediada?

Su veterinario probablemente recomendará pruebas de sangre para confirmar el diagnóstico de la AHI. Algunos médicos veterinarios pueden realizar pruebas iniciales en el consultorio. En otros casos, las pruebas se envían a un laboratorio de diagnóstico y los resultados están disponibles en unos pocos días. Si su veterinario sospecha de una enfermedad subyacente (como leucemia felina o la ehrlichiosis), más pruebas se puede recomendar.

¿Cuáles son los tratamientos y la evolución de la anemia hemolítica inmuno mediada?

Debido a que la AHI es causada por un sistema inmune hiperactivo, el tratamiento inicial está dirigido a la supresión del sistema inmune y la estabilización del paciente. Esteroides (administrados en dosis altas) son los medicamentos más comúnmente indicada. Si el paciente sufre de una anemia grave, se pueden requerir transfusiones de sangre. La terapia complementaria puede incluir líquidos intravenosos, antibióticos y tratamiento de apoyo. Si la causa subyacente de la AHI puede ser tratada, también se inicia generalmente tal terapia.

Algunas mascotas no responden adecuadamente a los esteroides. En estos casos, medicamentos adicionales se pueden administrar para manejar la condición.

Durante el proceso de tratamiento, se requieren pruebas de sangre con frecuencia para garantizar una respuesta adecuada a la terapia. Una vez que una mascota responde al tratamiento, la dosis de los medicamentos se ajusta gradualmente y se programan análisis de sangre repetidos periódicamente para controlar las recaídas.

La AHI puede ser fatal, incluso con tratamiento agresivo. Para las mascotas que sobreviven, siempre hay una posibilidad de recaída. Su veterinario puede recomendar exámenes de control periódicos así como análisis de sangre repetidos por el resto de  la vida de su mascota para ayudar a identificar y tratar las recaídas lo antes posible.