• Linfoma, o linfosarcoma, es un cáncer de los linfocitos, que son un tipo de célula blanca de la sangre asociados con el sistema inmune.
  • La causa exacta del linfoma es desconocida.
  • Los gatos que son positivos al virus de la leucemia felina (VLFe) son más propensos a desarrollar linfoma que los gatos que tienen resultados negativos al virus.
  • Los boxers, golden retrievers, y los basset hounds tienen un mayor riesgo de contraer la enfermedad.
  • Los signos varían, dependiendo de la parte del cuerpo afectada, y pueden incluir agrandamiento de los ganglios linfáticos, pérdida de apetito, pérdida de peso, letargo, tos, dificultad para respirar, vómitos y diarrea.
  • El diagnóstico suele requerir una muestra del tejido afectado.
  • El tratamiento usualmente no es curativo, pero puede causar que el cáncer entre temporalmente en remisión.
  • La quimioterapia es el tratamiento de elección para el linfoma.

¿Qué es el linfoma?

Los linfocitos son células blancas de la sangre que normalmente protegen al cuerpo como parte del sistema inmune. Algunas veces, se produce un cambio en las células que las lleva a convertirse en destructivas y a reproducirse sin control. Este es un tipo de tumor maligno o cáncer, llamado linfoma o linfosarcoma.

Los perros y los gatos pueden ser diagnosticados con linfoma. Los boxers, golden retrievers, y basset hounds son las razas de perros que tienen un mayor riesgo de desarrollar este tipo de cáncer.

¿Qué causa el linfoma?

La causa exacta de linfoma no se conoce. Sin embargo, los gatos que son positivos al virus de la leucemia felina (VLFe) son mucho más propensos a desarrollar linfoma que los gatos que tienen resultados negativos para VLFe.

¿Cuáles son los signos de linfoma?

Los signos de linfoma pueden variar, dependiendo de la parte del cuerpo afectada. Con el linfoma generalizado, la mascota puede tener un agrandamiento de los ganglios linfáticos, los cuales pueden aparecer como protuberancias en el cuello en la parte posterior de la mandíbula, detrás de las rodillas, y otros lugares. La mascota puede parecer relativamente saludable o experimentar letargo (cansancio), pérdida de apetito y pérdida de peso.

El linfoma mediastínico se produce en el interior del pecho. Las mascotas con este tipo de linfoma pueden tener tos y dificultad para respirar. Cuando el linfoma se encuentra en el tracto gastrointestinal, los gatos y los perros pueden mostrar signos de vómitos, diarrea y sangre en las heces.

El linfoma también puede afectar a la médula espinal, los riñones, los ojos, la nariz y la piel. Los signos se asocian con el órgano afectado, como alteración del movimiento con linfoma espinal, el aumento de bebida y micción con linfoma renal, y crecimientos elevados en la piel con linfoma de la piel.

¿Cómo se diagnostica el linfoma?

Su veterinario le recomendará hacer un análisis de sangre, incluyendo una prueba de VLFe en gatos. Radiografías (rayos X) del abdomen y/o del pecho también pueden ser importantes para ayudar a identificar las regiones del cuerpo afectadas. Un examen de ultrasonido del pecho o el abdomen puede ayudar a su veterinario a identificar anormalidades en los tejidos y ganglios linfáticos afectados.

Una biopsia del tejido afectado es la mejor forma de diagnosticar el linfoma. En algunos casos, el linfoma en perros puede ser diagnosticado a partir de una muestra aspirada de ganglios linfáticos, lo que se consigue colocando una aguja en el ganglio linfático y extrayendo células para su análisis bajo el microscopio. Sin embargo, la biopsia es la mejor manera de determinar el tipo exacto de células presentes, así como la agresividad del tumor, si se va a hacer tratamiento.

¿Cómo se trata el linfoma?

En muchos casos, el tratamiento del linfoma puede causar que la enfermedad entre en remisión, lo que significa que los signos de cáncer se resuelven. Esto suele ser temporal, y el linfoma regresa eventualmente.

Si desea seguir el tratamiento, su veterinario puede referirlo a un oncólogo veterinario, que se especializa en el tratamiento del cáncer. Pruebas adicionales pueden ser necesarias para determinar el estadio de la enfermedad o cuanto del cuerpo está implicado.

En los casos donde el linfoma está limitado a un lugar, tal como la nariz, la radioterapia puede ser una opción, pero frecuentemente el tratamiento consiste en quimioterapia. Los animales suelen tolerar la quimioterapia mejor que los humanos, pero el tratamiento puede requerir varias visitas al consultorio y exámenes de sangre adicionales, lo que puede llegar a ser costoso.

Si usted decide no proceder con la quimioterapia, el tratamiento con esteroides puede ayudar a reducir los signos del linfoma y hacer que su mascota esté más cómoda durante un tiempo.

¿Se puede prevenir el linfoma?

No hay forma conocida de prevenir el linfoma, pero el diagnóstico y la intervención precoz pueden mejorar la calidad de vida de las mascotas con la enfermedad. La prueba para VLFe puede identificar los gatos que corren mayor riesgo de desarrollar linfoma. Los gatos que dan positivo al VLFe deben mantenerse dentro de casa para minimizar la exposición a otros gatos.

Los gatos que dan negativo al VLFe son menos propensos a desarrollar linfoma. Si su gato es negativo al VLFe y lo va a dejar salir de casa, asegúrese de que esté vacunado contra el VLFe. Manteniendo a su gato dentro de casa puede ayudar a prevenir su exposición a gatos positivos al VLFe y reducir la necesidad de vacunación contra VLFe.