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Todos los días, en todo el mundo, los perros repiten el mismo ritual: Con la nariz en la tierra, huelen la línea punteada del mapa de un tesoro invisible y se detienen en la “X” que marca el lugar en donde finalmente pueden hacer lo suyo.

¿Bueno, y por qué todo este olfateo? La respuesta es simple: Es la forma en la que los perros se han comunicado entre sí por siglos.

Marcar el Territorio con su Olor es Algo Serio

Marcar el territorio con su olor es una conducta instintiva con la que un perro deja su propio olor (en la forma de orina o heces) en su ambiente para marcar el territorio o hacerse notar.

Otros perros que se encuentren con ese olor pueden percibir mucho de otros caninos en su vecindario. Con olfatear orina una vez, un perro puede determinar cuántos perros hay, hace cuánto estuvieron en esa área y, lo mejor de todo, si hay alguna hembra en celo cerca.

Aromas de la Glándula Anal

Mientras que la orina es el método más común para marcar el territorio con su olor, las heces también se pueden usar para dejar un mensaje. Cuando un perro defeca, la presión contra las glándulas en el ano puede ocasionar que éstas produzcan un olor único en sus heces.

Ya que los perros también pueden usar sus glándulas anales cuando están asustados, el olor también puede servir para alertar a otros perros. En un nivel más mundano, los perros pueden simplemente oler las heces para determinar qué comió otro canino, lo que les puede indicar que puede haber cerca algún alimento.

Una vez que cuentan con toda la información necesaria de la orina o de las heces, la mayoría de los perros devuelven el favor dejando sus propios desechos. Es su forma de decir: “¡Éste es mi territorio, así que aléjate!”