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Mientras que los conductistas veterinarios no están seguros por qué a los perros les gusta rodarse en objetos podridos y con mal olor, muchos creen que las mascotas se marcan a sí mismas con sus “posesiones más preciadas” para así presumirlas a sus amigos de dos y cuatro patas. Para un perro, usar algo con mal olor es como usar el mejor perfume de diseñador.

Mientras que los perros tienen millones de receptores olfativos que los humanos no tienen, son totalmente opuestos cuando se trata de ponerse cosas en su piel. A los humanos les gustan los olores frescos, florales y fragantes. Los perros prefieren lo sucio, fétido y desagradable (para nosotros).

No trates de evitar que tu perro se ruede sobre las cosas que tengan peor olor. Para ti es desagradable; para los perros, es divino. Con miles de años de práctica que fomentan su interés, los perros seguirán yendo valientemente a donde ningún hombre o mujer elegiría ir. La única forma segura de detener ese comportamiento es sujetarlo con una correa o enseñarle un método infalible para que vaya a ti cuando le llames.