• La lipidosis hepática o enfermedad del hígado graso, es la enfermedad hepática más común de los gatos en América del Norte.
  • Esta enfermedad es causada por la ingesta inadecuada de alimentos o por enfermedades que pueden causar la pérdida de apetito en un gato.
  • El diagnóstico puede requerir análisis de sangre, radiografías abdominales (rayos X), ecografía abdominal, o una biopsia hepática.
  • El tratamiento requiere alimentación intensiva, a menudo a través de un tubo (sonda) de alimentación, que puede permanecer en su lugar durante varias semanas o meses.
  • Muchos gatos requieren hospitalización inicial, seguido de atención en el domicilio y periódicos análisis de sangre.

¿Qué es la lipidosis hepática?

La lipidosis hepática, también conocida como enfermedad del hígado graso, es la enfermedad hepática más común de los gatos en América del Norte. Como el nombre implica, la enfermedad de hígado graso es una condición en la cual la grasa se acumula dentro de las células del hígado, causando disfunción hepática.

¿Qué causa la lipidosis hepática?

El metabolismo único del gato requiere que este ingiera alimentos con una frecuencia diaria. Cada vez que un gato no come durante unos días, la grasa puede ser depositada dentro de las células del hígado. Un gato puede perder su apetito por varias razones, tales como un cambio de dieta brusco, estrés (por ejemplo, una nueva mascota en la casa), o si alguien se olvida de darle de comer. Una vez que esto ocurre, el gato a menudo se niega a comer cualquier cosa, incluso las golosinas más deliciosas.

En muchos casos, los gatos pierden el apetito debido a enfermedades subyacentes, tales como la diabetes, pancreatitis (inflamación del páncreas), la enfermedad inflamatoria intestinal (EII), enfermedad renal, o enfermedad del corazón.

¿Cuáles son los signos de esta enfermedad?

Los gatos con lipidosis hepática suelen ser de mediana edad y, a menudo hembras. Por lo general, tienen sobrepeso y comienzan a perder peso rápidamente.

Los signos de la enfermedad de hígado graso son:

  • Anorexia (pérdida de apetito)
  • Pérdida de peso
  • Letargo (falta de energía)
  • Vómitos
  • Diarrea o estreñimiento
  • Ictericia (coloración amarillenta de la piel, la parte blanca de los ojos, o de las encías)
La mayoría de los gatos con lipidosis hepática se encuentran extremamente enfermos y no recuperan su apetito espontáneamente (sin ayuda). Si, estos gatos no reciben tratamiento a menudo mueren.

¿Cómo se diagnostica la lipidosis hepática?

Su veterinario puede recomendar una serie de pruebas de sangre para ayudar a diagnosticar si su gato tiene lipidosis hepática y para determinar si existe una enfermedad subyacente que pueda estar causándola. Los gatos con enfermedad del hígado graso suelen tener sus enzimas hepáticas elevadas, un cambio que se puede detectar mediante análisis de sangre. Otro análisis de sangre, llamado prueba de ácidos biliares, también se puede recomendar, por lo que el veterinario puede evaluar qué tan bien está funcionando el hígado.

Las radiografías abdominales, o rayos X, por lo general muestran un agrandamiento del hígado en gatos con esta enfermedad. Su veterinario también puede recomendarle una ecografía abdominal.

La forma más clara para diagnosticar lipidosis hepática es con una biopsia del hígado. En algunos casos, una aguja puede ser utilizada para tomar una pequeña muestra del hígado. Este procedimiento es relativamente indoloro para el gato y con frecuencia se puede hacer durante el examen de ultrasonido. Sin embargo, la muestra es relativamente pequeña, por lo que el diagnóstico puede ser difícil. En tales casos, el gato puede necesitar ser anestesiados para que el veterinario puede abrir quirúrgicamente el abdomen y así obtener una muestra un poco más grande de los tejidos del hígado.

Exámenes adicionales pueden ser necesarios para determinar si otras enfermedades indujeron la pérdida de apetito del gato. Estas enfermedades deben ser tratadas para asegurar la resolución de la lipidosis hepática.

¿Cómo se trata esta enfermedad?

La mayoría de los gatos con lipidosis hepática se encuentran extremadamente deshidratados y requieren hospitalización inicial y terapia de fluidos. El aspecto más importante del tratamiento, sin embargo, es asegurarse de que el gato reciba una nutrición adecuada. Dependiendo de la condición de su gato, usted puede alimentarlo en forma forzada administrando papillas de alto valor proteico y alto contenido calórico a través de una jeringa. Sin embargo, la mayoría de los propietarios tienen poco éxito con este procedimiento y pueden causar estrés adicional al gato.

En la mayoría de los casos, el veterinario le recomendará que se coloque un tubo de alimentación para asegurarse de que el gato reciba una nutrición adecuada. Un tubo muy fino puede ser insertado a través de la nariz del gato directo al estómago, por el que una dieta líquida se pueda administrar usando una jeringa. Sin embargo, algunos gatos no toleran esto y el tubo fino limita la cantidad y el tipo de comida que se puede administrar. Su veterinario puede recomendar la colocación de un tubo más grueso a través del cuello del gato, conectando el esófago y el estómago, o a través de la pared abdominal directamente al estómago. Estas sondas de alimentación son bastante bien toleradas y deben permanecer en su lugar hasta que el gato este comiendo por sí solo, lo que puede demorar varias semanas o incluso meses.

Su veterinario le recomendará una dieta para la alimentación por sonda y calculará la cantidad exacta de alimento que su gato debe recibir diariamente. Es importante que Ud. siga atentamente estas recomendaciones para ayudar a que el hígado de su gato retorne a su correcto funcionamiento.

Antes y después de cada alimentación, el tubo debe limpiarse lentamente con agua tibia. La comida también se debe calentar ligeramente y ser administrada lentamente, para evitar los vómitos. Su equipo de cuidado veterinario le enseñará cómo cuidar de la sonda de alimentación una vez en el hogar y la forma de administrar los alimentos y el agua a su gato.

Su veterinario puede recomendarle otros medicamentos, como los estimulantes del apetito, medicamentos antieméticos y antibióticos. Hay varios suplementos que también pueden ser útiles.

Si su veterinario ha diagnosticado otras enfermedades, además de la lipidosis hepática, estas condiciones requieren un tratamiento específico. El pronóstico es mejor para los gatos diagnosticados con sólo lipidosis hepática.

Cuando usted usa el tubo de alimentación en su gato en casa, su veterinario programará exámenes periódicos con pruebas de sangre para monitorear el progreso de su gato. Una vez que su gato este comiendo por sí solo, el tubo de alimentación se podrá quitar.