• La luxación de la rótula ocurre cuando esta se sale de su posición normal en el fémur, causando dolor, cojera, e inestabilidad en la rodilla.
  • La gravedad de la luxación de la rótula se califica en una escala de 1 a 4.
  • La corrección quirúrgica puede ser recomendada.
  • El no tratar la luxación de la rótula puede resultar en artritis y conducir a otros problemas ortopédicos.

¿Qué es la luxación de la rótula?

Normalmente, la rótula se asienta en una ranura en la parte inferior del fémur (el principal hueso de la pierna superior), donde el fémur y la tibia (el principal hueso de la pierna inferior) se encuentran en la rodilla. La rótula se mantiene en su lugar por medio de tendones y ligamentos que lo mantienen relativamente estable contra el fémur. La luxación de la rótula ocurre cuando la rótula de su mascota se disloca (se desliza fuera) de su posición normal. La rótula puede deslizarse ya sea al interior del fémur (luxación medial de la rótula) o al exterior (luxación lateral de la rótula).

La luxación de la rótula puede ocurrir en una o ambas rodillas, y muchas razas de perros puede ser afectadas. Los gatos también pueden verse afectados, pero no tan comúnmente como los perros. La luxación de la rótula puede estar vinculada a una anomalía hereditaria o causada por una lesión o trauma.

¿Cuáles son los signos de la luxación de la rótula?

Los signos clínicos asociados con la luxación de la rótula pueden no ser evidentes. Sin embargo, uno de los signos clásicos es una característica marcha "saltarina". Las mascotas de vez en cuando parecen "saltar", ya que levantan la pierna afectada mientras caminan o corren. Una mascota que se encuentra jugando de repente puede emitir un aullido agudo de  dolor cuando se produce la luxación y luego mantiene la pierna levantada sin dejar de correr o jugar. Estos episodios pueden durar de unos pocos pasos a unos pocos minutos. En casos más graves, las mascotas pueden sentir dolor por varios días.

La gravedad de la luxación de la rótula se califica en una escala de 1 a 4:

  • Grado 1: La rótula fácilmente y con frecuencia se sale de su ranura e inmediatamente regresa a su lugar.
  • Grado 2: La rótula se sale de su posición normal, pero no regresa a su lugar inmediatamente. Debe ser reemplazada empujándola hacia su posición normal.
  • Grado 3: La rótula está fuera de su posición normal la mayor parte del tiempo. Si se le recoloca en su lugar empujándola, inmediatamente se saldrá otra vez.
  • Grado 4: La rótula está fuera de la posición normal y se bloquea en esta posición luxada, no puede ser manipulada de nuevo a su ranura.
El grado de luxación de la rótula no necesariamente corresponde con el grado de la cojera del perro. Por ejemplo, un perro con una luxación de grado 1 o 2 puede cojear o puede parecer que caminar con total normalidad, mientras que un perro con una luxación grado 4 pudo haber descubierto la manera de cambiar su modo de andar de manera que la rodilla no sea dolorosa. En este caso, la cojera puede no ser obvia.

¿Cómo se diagnostica la luxación de la rótula?

La luxación de la rótula a veces se diagnostica durante un examen físico de rutina cuando el médico veterinario palpa la articulación de la rodilla. Si el perro siente mucho dolor, la sedación puede ser recomendada para que se puede realizarse con seguridad un examen más a fondo de la rodilla.

Radiografías (rayos X) se recomiendan a veces para seguir evaluando la rótula y otras estructuras de la rodilla. Debido a que una rótula luxada afecta la estabilidad de la rodilla, muchos perros con este problema desarrollan artritis con el tiempo. Algunos de estos cambios pueden ser visibles en las radiografías.

¿Cómo se trata la luxación de la rótula?

Las mascotas que han sido diagnosticados con luxación de la rótula, pero no presentan signos clínicos o que sólo muestran signos ocasionales deben ser controladas. El mantenimiento de un peso corporal ideal y el seguimiento de un programa regular de ejercicios aprobados por su médico veterinario pueden ayudar a controlar esta afección. Suplementos alimentares para las articulaciones pueden ser recomendados, así como medicamentos para el dolor a usar durante los episodios ocasionales. A menos que la enfermedad progrese, la corrección quirúrgica puede no ser recomendada.

La cirugía se considera generalmente para los casos en que el grado de cojera es significativa. La terapia quirúrgica típicamente busca estabilizar la rótula en su propia ranura. Varios procedimientos pueden utilizarse para lograr esto. Su médico veterinario evaluará a su mascota y recomendara el procedimiento más adecuado. Después de la cirugía, es importante seguir de cerca las instrucciones de su médico veterinario acerca de las limitaciones en la actividad y la contención para permitir que el lugar de la cirugía cicatrice. Se proporcionarán medicamentos para el dolor según sea necesario, y la terapia física pueden ser recomendada.

Si no se trata, la luxación de la rótula puede resultar en daño significativo a la articulación, lo que lleva al desarrollo de la artritis y otras condiciones, como la rotura del ligamento cruzado.