¿Por Qué a Mi Perro… Le Gusta Que le Soben la Panza?
Published on May 29, 2014
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Es una invitación casi imposible de resistir: un perro se rueda y muestra su panza para que se la soben. Chica, grande, peluda o sin pelo, la barriga expuesta de un perro pide una buena sobada o rascada. Pero, ¿por qué les gusta tanto a tantos perros?
Un comportamiento diferente ocurre cuando un perro se rueda sobre su lomo tan pronto se le acerca alguien. “Tal vez estos perros demuestren un comportamiento de sumisión”, explica la Dra. Gruen, “especialmente si va acompañado de otras posturas de sumisión, como bajar la cola o lamer su hocico”. En estos casos, sobar su panza no es la mejor respuesta, al menos no en un principio, ya que el perro podría sentirse intimidado cuando alguien se inclina para sobarlo. “Para estos perros, lo mejor para hacerlos sentirse cómodos es bajar a su altura o ponerse en cuclillas y llamar al perro sin acercarse a él”, dice la doctora.
No debes preocuparte si a tu perro no le gusta que le soben la panza, remarca la Dra. Gruen, porque así como a las personas, puede tener diferentes gustos. “Sin embargo, el dueño de un perro se debe preocupar si el sobarle la panza o cualquier otra forma delicada de contacto la asocia con agresión”, agrega. Por ejemplo, si tu perro gruñe mientras le sobas la panza, la Dra. Gruen te aconseja alejarte de inmediato. También aconseja consultar a tu veterinario, porque “el dolor, la enfermedad o cualquier trastorno de conducta pueden contribuir a la agresión, y esto debe tratarse con un profesional”.
¿A Quién le Gusta Que le Soben la Panza?
La Dra. Margaret Gruen, veterinaria conductista de la Escuela de Veterinaria de la Universidad de Carolina del Norte, resalta que, aunque tanto gatos como perros exponen sus barrigas, sus razones son diferentes. Los gatos se recuestan boca arriba en una posición a la defensiva, lo que no es una invitación para que le soben la panza, mientras que los perros tienen otros motivos. “Los perros exponen sus panzas como parte de una muestra de sumisión, en ocasiones al jugar, y con las personas con las que se sienten cómodos”, comenta la Dra. Gruen. Someterse no significa que el perro no disfrute que lo soben. Si el perro se siente cómodo con la persona que lo está consintiendo, en ocasiones se rodará sobre su lomo para que tenga mejor acceso a su barriga. “Parece que estos perros disfrutan que les soben la panza”, dice.Un comportamiento diferente ocurre cuando un perro se rueda sobre su lomo tan pronto se le acerca alguien. “Tal vez estos perros demuestren un comportamiento de sumisión”, explica la Dra. Gruen, “especialmente si va acompañado de otras posturas de sumisión, como bajar la cola o lamer su hocico”. En estos casos, sobar su panza no es la mejor respuesta, al menos no en un principio, ya que el perro podría sentirse intimidado cuando alguien se inclina para sobarlo. “Para estos perros, lo mejor para hacerlos sentirse cómodos es bajar a su altura o ponerse en cuclillas y llamar al perro sin acercarse a él”, dice la doctora.
Sobar o no Sobar
La Dra. Gruen dice que generalmente, cuando un perro se rueda para que le soben la panza, no hay realmente una razón para no hacerlo. Pero es importante saber que poner a un perro sobre su lomo para sobarle su panza (si no lo hace por sí mismo), no es recomendable, ya que “puede molestarlo y causarle ansiedad”. La Dra. Gruen dice que hay situaciones en las que un perro no desea que le soben la panza. “Observa en tu perro indicios de que desee que le soben la panza, a los perros no siempre les gusta exponer su barriga, como cuando están afuera o en ambientes que no les sean familiares”.No debes preocuparte si a tu perro no le gusta que le soben la panza, remarca la Dra. Gruen, porque así como a las personas, puede tener diferentes gustos. “Sin embargo, el dueño de un perro se debe preocupar si el sobarle la panza o cualquier otra forma delicada de contacto la asocia con agresión”, agrega. Por ejemplo, si tu perro gruñe mientras le sobas la panza, la Dra. Gruen te aconseja alejarte de inmediato. También aconseja consultar a tu veterinario, porque “el dolor, la enfermedad o cualquier trastorno de conducta pueden contribuir a la agresión, y esto debe tratarse con un profesional”.