undefined


Tal vez tu gato sea pequeño, pero incluso un gatito puede ser atemorizante.

Pregunta a cualquier veterinario especializado en animales pequeños y probablemente estará de acuerdo: Existen muy pocas cosas en la práctica que pueden ser tan atemorizantes como un gato motivado, lo que probablemente piensan todos esos perros de raza grande cuando escuchan a tu gato escupirles, sisear o aullarles. Después de todo, hay dientes afilados y garras.

Los perros que no socializaron con gatos durante los primeros meses de sus vidas, normalmente entran en una de dos categorías: aquéllos que persiguen o atacan a los gatos y aquéllos que se dejan intimidar por gatos. Sin embargo, el miedo de un perro tiene mucho que ver también con el gato. Algunos gatos son tan seguros de sí mismos en cuanto a sus habilidades para mirar fijamente a un perro, que pueden dominar cualquier interacción perro-gato.

Pero ten esto en mente: Incluso el felino más feroz puede perder ante un perro grande que esté sumamente emocionado. Mejor no los enfrentes frecuentemente, para evitar que tu gatito se encuentre a ese perro grande que crea que se parece más a su almuerzo que a algo a lo que debe temer.